La autarquía pasa factura...

El inagotable deseo por hacer cada una de las cosas que me apasiona, me ha vuelto un trabajador a tiempo completo. Y tiempo completo es casi las 24 horas del día. Incluyendo los fastidiosos periodos que juraría son de 30 horas aproximadamente, y desde luego, los días que pasan como un medio día. Fugaces como las oportunidades. No sucede siempre, pero mientras haya trabajo hay que aprovecharlo, antes he experimentado esa temerosa traba de no hacer nada y, la verdad no es fácil desatarse. Estar a punto de tirar la toalla y mirar la vida con higiénica rabia momentánea ha sido una queja incesante que me ha soplado la oreja miles de veces. Afortunadamente, la creatividad juega a mi favor. Pero lo admito, quisiera dedicar días enteros a este blog, pero es imposible, mi trabajo me consume todo el tiempo. Sin embargo, aprovecho el rato libre para dedicarlo, y eso es bueno porque evito hacer el tipo de cosas que se hace en...bueno ya saben, eh, quién sabe, quizá alguien, quizá nadie. Lo dejaré ahí.

No soy consejero pero, aseguro con firmeza inmutable no ser el único que ha tenido por esa mala racha. Prepararse para algo que no se termina haciendo, es la misma desdicha de muchos. Sin embargo, siempre habrá tiempo para evolucionar. Durante un largo periodo que casi acaba con mi paciencia, me mantuve laborando gentilmente en algo que no tenía que ver con mi formación académica. Pero el mundo seguía su marcha, trabajé y desarrollé una fascinación por algo que para mí era desconocido, la experiencia fue inolvidable. Aunque había momentos en donde una auténtica sensación de impotencia desprevenida me arrasaba, sacaba el tiempo para irme a ver el bravísimo mar que tengo frente de mi casa para convencerme de que lo mejor está por venir. Y es así, simplemente lo que quieres que sea tuyo, llegará en el momento ideal.

Hubo un tiempo en que me sentí estancado, metido en un bache que cada vez me hundía más. ¿Qué hice para salir? Hacer lo que me apasionaba. Recopilé cada una de las ideas que navegaban en mi mente y las puse en marcha. Desarrollé mi propio espacio virtual en el que pudiera expresar mi creatividad poniendo en evidencia algo que nace en mi habitualmente. Entonces nació; Contenido Autárquico, un blog interactivo en el que investigo y experimento formas de vida con el fin de llevar un mensaje. Además, como la escritura y la fotografía son las dos cosas que más me gusta hacer, publico ensayos adornados con fotos de mi archivo. Al principio, pedí la colaboración a varios colegas, pero no se pudo, solo sé que no respondieron. No los culpo, vivimos muy ajetreados. Ahí surgió el nombre de Autárquico, que viene de autarquía, en donde el creador es el dueño absoluto del contenido, alguien que lo hace todo: producir, escribir, grabar, editar, desvelarse, preocuparse, etcétera. A fin de cuentas, no hay nadie que me pueda regañar. Me han dicho que soy como una tal Cuca Gómez.

#contenidoautárquico