Ruido blanco
[Nota: Regularmente escribo ensayos y palabrerías contadas en forma de relatos. Yo de poeta no tengo ni siquiera a alguna figura preferida. Por lo tanto, no sé donde se ponen las comas, tampoco cuando se tenga que dividir un párrafo o cómo cojones acomodar ese montón de frases. Lo único que supe hacer fue inspirarme mientras escuchaba el sonido ambiental y perturbador parecido al de un abanico para ponerme a escribir. Y eso]
Y pues a lo que iba...
Ruido blanco
El dinero y las medias regadas por el piso,
mis sueños guardados en las bóvedas del aire.
Las joyas dentro de tus botas,
mis deseos perfumados en lavanda.
Oh, dulce historia para contar en mi lecho de muerte.
Vidrios y lentejuelas regadas por las esquinas,
mis sueños volando en mi aire contaminado.
Chaquetas sucias en el fregadero,
mis deseos empapados de humedad.
Oh, triste historia para escribir con la sangre de mi agonía.
Las sábanas apestan después de haberme vendido a ti,
huelo que soy más barata que ayer.
He visto que has dejado propina al lado de mi cenicero, tal vez la fume.
Vivir en este basurero ha hecho que yo apeste más.
Oh si, has acabado conmigo.
Los chicos de la radio cantan sobre el skate, sobre las chicas y la marihuana,
yo apenas logro musicalizar mi llanto.
Gritan y se burlan, hablan de mujerzuelas,
quisiera ser como ellos.
Oh si, termina de acabarme.
Esto me ha pegado muy fuerte,
tanto así que he logrado ver luces, colores y estrellas.
Ha sido un golpe tan violento que he visto el aire de arriba arder.
Parece que me invita a subir.
Es cierto que las horas pasan lentas.
He mirado el humo de ambos lados,
lo he visto subir y desaparecer.
Es cierto que el ruido es blanco.
Historias de la cuarentena. Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.